Torre Castelar / Rafael de la Hoz y Gerardo Olivares

Torre Castelar, Paseo de la Castellana (Madrid), 1974-1986. Rafael de la Hoz y Gerardo Olivares, arquitectos

Este edificio me parece una verdadera obra de ingenieria ya fue un carísimo experimento tecnológico que tiene 85% de la superficie de cada planta está en voladizo. Únicamente se apoya en el pequeño núcleo interior que es la que le da al edificio la rigidez necesaria para aguantar los voladizos.

Destaca por la combinación del vidrio de la torre y el mármol travertino blanco del resto del edificio. La idea era crear un prisma de cristal que flotase como un farolillo gigantesco. Los 18 pisos se sujetan a un sólo brazo de hormigón que ni siquiera está en el centro del edificio, sino más atrás, para que el 85% del suelo quede suspendido sobre el aire. Luego, para colocar la fachada sin fastidiar el efecto el arquitecto la colgó de tirantes: tan sólo 24 cables sujetan el castillo de naipes. Quedaba un problema, un edificio de cristal en una ciudad soleada es un invernadero entonces el arquitecto atrapó el calor del sol en una doble piel de cristal que sólo dejaba pasar al interior la luz fría.

Las losas de forjado funcionan como vigas empotradas en el núcleo y colgadas de los tirantes y péndolas. Están constituidas por una losa de hormigón armado de 8 cm de espesor, unida mediante conectores a un entramado de vigas metálicas con una separación a ejes de 2m en las dos direcciones. El armazón metálico está formado por vigas Boyd organizadas en tres órdenes. Las vigas de primer orden son dos. Vuelan hasta los tirantes desde unas ménsulaas diseñadas en el núcleo que permiten disminuir la luz a salvar. Las vigas de segundo y tercer orden forman un entramado que se apoya en el núcleo de hormigón, en las vigas principales, y en los tirantes.

Ahora se encuentra en remodelación, llevada a cabo por el estudio de Rafael de la Hoz,hijo, que volverá a dejar las plantas diáfanas.










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