Arquitecto Danés responsable de la creación del símbolo de Australia, y del recientemente considerado como patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, siendo el único monumento cuyo arquitecto estaba vivo al momento de su designación. Pero sobre todo la Ópera de Sídney es una obra maestra de la arquitectura, ingeniería y acústica al servicio de la música y que ha logrado trascender como el símbolo icónico de una nación.
No obstante a pesar del reconocimiento actual,estamos ante un paradigmático ejemplo de proyecto gafado y polémico, que acabó con un gobierno entero, con un presupuesto multiplicado por diez y con la carrera truncada de uno de los arquitectos más prometedores del siglo.
Todo nació en 1952 con la convocatoria de un concurso abierto para la creación de la nueva casa de la ópera. Un comité gubernamental, presidido por el Primer Ministro de Nueva Gales del Sur, eligió la península de Bennelong, en el puerto de Sídney, como emplazamiento de lo que sería un icono de la arquitectura mundial. El único edificio del siglo XX nominado en el concurso de las 7 maravillas del mundo.
Pero los problemas ya empezaron con las bases del concurso público. No se exigía un proyecto consecuente o construible, sino un avance de ideas para su desarrollo. Más de 250 proyectos de 30 países fueron presentados en el más importante concurso internacional de la época. El proyecto ganador fue uno insensato, demasiado expresivo y gestual, según palabras del gran Felix Candela.
La libreta y los bocetos de un joven danés sorprendieron al jurado, presidido por el reputado Eero Saarinen. Había nacido una estrella… con polémica. Sólo había construido antes unas cuantas unifamiliares en Dinamarca y había ganado algún que otro concurso de ideas, pero el jurado apostó por él.
La obras en 1967
El 'Podium'. Según Utzon, inspirado en las grandes construcciones Mayas y Aztecas
Los primeros consultores del proyecto llegan a la terrible conclusión de que los dibujos de Utzon eran irrealizables, estructuralmente inviables y físicamente imposibles. La prestigiosa firma de ingeniería Ove Arup, a la cabeza mundial del cálculo de estructuras, estuvo varios meses buscando soluciones y alternativas a la cubierta del proyecto sin llegar a una solución consecuente y económicamente factible. Mientras, el Primer Ministro Cahill, presionaba políticamente para que comenzasen las obras. El 2 de Marzo de 1959 comienzan los trabajos sin la existencia de un proyecto fiable. Segundo gran error.
Detalle de la estructura ligera del interior de las 'conchas'. Abril de 1966
Las prisas obviaron el correspondiente estudio geotécnico, y el terreno devolvió la fragilidad de una isla a sus cimientos. Se tuvo que pilotar prácticamente toda la plataforma de apoyo retrasando la obra varios meses. En 1961 todavía no se había construido más que la gran escalinata de acceso. Las prisas por empezar la obra antes de tiempo obligaron a demoler luego parte de lo empezado, por no ajustarse al proyecto definitivo. Casi 4 años después, se desconocía la solución a adoptar en cubierta. El Primer Ministro y gran valedor de Utzon, muere por esas fechas. El proyecto se tambalea.
Detalles exterior e interior del encofrado de las bóvedas
Y para el rescate del proyecto, ni las mejores consultorías, ni los más avanzados arquitectos tras 4 años de estudios logran aportar soluciones viables. Fue el propio Utzon, en un giro tan sencillo como sorprendente, el que dio con la solución para la cubierta. Ni los arcos parabólicos, ni las cáscaras autoportantes propuestas por Arup. Todo se resuelve con piezas de una misma esfera. Al ser una curvatura constante la construcción es mucho más sencilla que el cálculo independiente de 15 formas parabólicas distintas. Todos los segmentos de las cubiertas serían parte de una esfera de 75 metros. Simplificando los cálculos estructurales. El ingeniero jefe de Arup dimite. El proyecto respira.
Para la ejecución de las cubiertas se construyó una fábrica a menos de 100 metros del solar, de donde salieron los 4000 paneles de la azotea y las 2400 costillas portantes. La etapa de construcción se prolongó 4 años hasta finales de 1967, cuando se comenzó a acometer el interior. A Utzon cada vez le interesa menos el ‘vestido’ de su obra.
1968. Terminada la obra civil comienzan los revestimientos
Dimitió como dirección facultativa en 1966 por desavenencias con el equipo político del proyecto y el nuevo ministro de Obras Públicas australiano, David Hughes. Todavía hoy, 40 años después de su construcción, nadie sabe con certeza los motivos y discrepancias que hubo entre ambos personajes. La obra la terminaría tutelando el hijo de Utzon, Jan.
Esquema de las 12 propuestas distintas para la cubierta barajadas de 1957 a 1962. Para calcular algunas hubo que recurrir a ordenadores, uno de los primeros ejemplos del uso de la informática en la arquitectura.
Vista de la gran escalinata desde abajo. Atención a la compleja sección y respetable tamaño de las vigas que la sostienen.