Georges Perec nos invita con su lectura, “Especies de Espacios”, a reflexionar sobre los conceptos espacio y tiempo. Nos incita a realizar un estudio de la relación entre ellos y con nosotros mismos. Insiste en hacernos llegar su visión real del espacio mediante la observación, los recuerdos, las preguntas…
Hoy en día los seres humanos estamos tan absortos en nosotros mismos, nuestra rutina, obligaciones y problemas personales que no reparamos en analizar lo que nos rodea. Nos preocupa “perder el tiempo” y es por ello que caminamos por la calle sin prestar atención a los edificios que la delimitan, el espacio que ocupan, e incluso el q ocupamos nosotros mismos.
Es curioso que solemos relacionar el espacio con el vacío, pero realmente ¿existe el vacío o se trata de un espacio delimitado por otro espacio? ¿Es que acaso el hueco de una ventana no es un espacio de ventilación? Nosotros mismos delimitamos el espacio que habitamos y con el paso del tiempo lo hemos adaptado a nuestras necesidades. Lo diseñamos a nuestro gusto y lo modificamos de acuerdo a nuestras comodidades. Deberíamos analizar la razón de ser del espacio en el que estamos inmersos y del cual formamos parte. Mostrar cierta inquietud por los espacios que tenemos inmediatamente más cerca, como son el dormitorio y el baño. Los elementos que definen la función de cada uno. ¿Por qué están estandarizados todos los tamaños de nuestro mobiliario? ¿Los hemos escalado al espacio que ocupamos las personas?
Si nos detenemos a observar una escala mayor, por ejemplo una ciudad, descubriremos que cada edificio, los materiales con los que están construidos, al igual que sus calles, la disposición de estas junto con otros numerosos elementos incluyendo a nosotros mismos forman parte de un sistema que dan sentido a la ciudad. La cultura de la gente que habita una ciudad se refleja en sus espacios construidos, pues vuelvo a incidir en que nosotros mismos somos los que creamos los diferentes tipos de espacios que puedan existir. Quizás el acelerado ritmo de vida que llevamos provoca que lo hagamos de forma tan autónoma que necesitamos una lectura como la de Perec para analizar nuestra realidad.