Cuando nos ponemos delante de una hoja en blanco e intentamos escribir sobre un tema, surgen preguntas de qué y cuánto vamos a hablar y de cómo vamos a hacerlo. A veces no se nos ocurre nada, pasamos horas y horas delante de esa hoja en blanco. Georges Perec nos habla de unos “trabajos prácticos” que podríamos llevar a cabo a la hora de ponernos sobre dicha hoja en blanco, observar, tomarnos nuestro tiempo a la hora de comenzar a escribir, anotar el lugar, lo que se ve o aquello que sea importante. Pero no sabemos ver lo que es importante, nada nos llama la atención.
Perec lo apunta todo sobre esa hoja en blanco o incluso ya usada, o en cualquier sitio, no tiene porque ser una hoja, mismamente se sirve de una servilleta o de un mapa… el caso es escribir. Escribir en cualquier sitio o lugar, solo escribir.
“Escribo: trazo palabras sobre una página” Pág.29
“Escribo: vivo en mi hoja de papel, la acerco, la recorro.” Pág.31
“Escribo: vivo en mi hoja de papel, la acerco, la recorro.” Pág.31
El autor del libro nos sugiere ir despacio, casi torpemente, obligarse a escribir sobre lo que no tiene interés, lo que es más evidente, lo más común, elementos cotidianos que deberíamos mirar más a menudo, encuentra en la cotidianidad la mejor forma de expresión. Georges Perec observa, observa el espacio, lo recuerda, lo ocupa y finalmente lo cataloga. Cataloga los espacios, empezando por la página hasta el espacio, en un recorrido pasando por la cama, la habitación, el apartamento …
Los espacios que ocupamos son importantes porque pasamos la vida en ellos, crecemos con ellos, identificamos esos espacios con acontecimientos importantes que nos han ocurrido. Por eso a la hora de construirnos una casa o buscarnos un lugar para pasar tiempo indefinido o el tiempo que sea, nos fijamos en como es, los espacios que hay, los que vamos a usar y los que no.
“Lo que me parece en todo caso es que en la división modelo de los apartamentos de hoy, lo funcional funciona según un procedimiento unívoco, secuencial y nictemeral: las actividades cotidianas corresponden a las fases horarias y a cada fase horaria, corresponde una de las piezas del apartamento” Pág.54
Es verdad que cada espacio contiene una función, que junto con los elementos que lo constituye será la que lo identifique, está el salón, la cocina, el baño, el dormitorio… y así muchos más que se pueden citar y sabríamos perfectamente solo con nombrarlos la función que se realizará en dicho espacio. Por eso para mi son importantes las paredes, esos muros que delimitan y definen el lugar, puedes ponerles cuadros para olvidar que están ahí, pero su función es esa, la de delimitar, y así darle esa función característica de ese espacio. No concibo lugar sin paredes ni puertas, las puertas están como conexión de un lugar a otro, paran y separan, efectúan una comunicación, sería imposible para mi imaginarme un lugar infinito, donde no sabrías donde se encuentra el principio ni fin, porque no hay nada que pueda cerrarse ni abrirse. No podría dormir en mi cama, sin ver cerrada la puerta, sin saber que estoy en mi habitación, segura, sin nada más que mi cama y yo. Se construye según las funciones cotidianas.
A lo largo del libro va definiendo cada espacio, cuando habla de las calles, de su país, es precioso y conmovedor, pero el libro fue escrito en los años 70 y me gustaría que Georges Perec pudiera volver y catalogar lo que se observaría hoy en día, que volviera a definir los mismos lugares en los que estuvo. Que cogiera una hoja y empezase a escribir a observar lo que nadie ve pero que está en nuestro día a día.