

En el exterior, el espacio público adquiere una forma cóncava para acoger las actividades y encuentros, recogido por grandes vidrios de colores en homenaje a la ciudad como el lugar para las relaciones interpersonales. En el interior, una gran superficie de espacios continuos y diversos, salpicados de patios y grandes lucernarios, define un sistema expresivo que nos habla del interés que comparten la arquitectura y el arte: la manifestación contemporánea de lo variable y lo perenne, de la igualdad y la diferencia, de la universalidad y transitorio, como un eco de nuestra propia diversidad e igualdad como personas.
En proporción a su tamaño, la de un edificio de una planta con muros de hormigón blanco y grandes vidrios de colores, MUSAC quiere ser un espacio donde el arte está en la facilidad y ayuda a borrar las fronteras entre lo privado y lo público, entre el trabajo y el ocio y, en definitiva, entre arte y vida. 

Fotos: EL Croquis 115-116 Mansilla y Tuñon