Esperando encontrar un libro técnico me sorprendo, al iniciar su lectura y después de leer el prólogo, al encontrarme con hojas en blanco, un dibujo chocante del océano, un inicio con formato teatral, caligramas que me recuerdan mis estudios de literatura en la ESO… Este libro me ha resultado sorprendente. Un planteamiento extraño que no sabría identificar como literario, técnico, filosófico o más bien un ejercicio literario en el que el autor ha recurrido al tema espacial para jugar con el lenguaje mientras intenta y logra una nueva mirada a los lugares en los que nos desenvolvemos cotidianamente.
Desde lo más cercano, el folio en blanco, al que nos enfrentamos al iniciar un escrito, la cama, la habitación… va ampliando el espacio hasta llegar al espacio total: el Universo. Y lo hace con un vocabulario difícil, con citas de autores literarios importantes, con referencias de pintura, arquitectura, cine, geografía, historia, matemáticas, incluso a los video juegos. Describe con detalle espacios olvidados, plantea problemas, propone ejercicios, invita a preguntarnos por el espacio que nos rodea, por situaciones y momentos que todos hemos vivido. Nos enseña a encontrar el interior oculto, a lo que no estamos acostumbrados a ver, ya que la práctica cotidiana nos lleva a observar el contenido, pero no el porqué de lo que entendemos y vemos.
En algún momento he echado en falta el espacio como lugar donde se desenvuelven nuestros sentimientos, pero realmente esa falta es lo que te hace manifestar los tuyos ante cada situación por la que nos va llevando con la descripción tan detallada que hace de los diferentes espacios.
Todo lo que miramos es el espacio. El espacio forma parte de nuestras vidas y hasta nosotros mismos formamos parte del el. El ser humano a modificado el espacio para así convertirlo en un espacio mas agradable cómodo y sociable. Hoy día sería más difícil diferenciar algunos de esos espacios. La globalización esta haciendo que los espacios se parezcan cada vez más. El barrio se ha trasladado a la superficie comercial, las fronteras se suprimen y el mobiliario urbano, los carteles y anuncios se extienden por las ciudades en una repetición que impide diferenciar los lugares que antes nos parecían tan exóticos. Por eso cada vez queremos ir más lejos buscando señas de identidad que nosotros hemos perdido. El paso del tiempo ha modificado siempre el espacio y la funcionalidad del mismo, como Perec quería recoger en diferentes situaciones.