ESPECIES DE ESPACIOS de Susana Redondo

El espacio, el todo. Todo es espacio, todo ocupa un espacio. Desde lo más insignificante hasta el conjunto del universo. 

Si queremos intentar comprender este término tan abstracto, y a la vez físico, puesto que ocupa toda la realidad, tenemos que saber observarlo, analizarlo. El problema radicará en que el espacio nunca es el mismo, cambiará continuamente por su propia naturaleza de abarcarlo todo: “Mis espacios son frágiles: el tiempo va a desgastarlos, va a destruirlos: nada se parecerá ya a lo que era”. Y aunque una porción de espacio permaneciera inmóvil en el tiempo, la forma de ver el espacio de dos personas no sería la misma. Estas concebirán el espacio de una forma u otra dependiendo de cuál sea el elemento a partir del cual organicen aquel. Una vez en este punto, podremos intentar comprender el espacio partiendo de la totalidad y llegando al elemento principal, o viceversa, como hace Perec, partiendo de la página en blanco y llegando al espacio astral. 

Aunque consideremos el espacio como “el todo”, lo fragmentamos en partes más pequeñas para su mejor comprensión. Nosotros, los occidentales, separamos los espacios principalmente por funciones, por la acción que se lleva a cabo allí: cocina, dormitorio, aseo, salón…, mientras que los orientales llevan a cabo todas las acciones en un mismo espacio. Nuestra separación se produce por medio de tabiques en los que se abre un hueco para la comunicación entre espacios, y su comprensión final como una totalidad: la vivienda. Podemos trasladar esto a ámbitos más amplios, como los distintos edificios de una ciudad, entre los que se encuentran las viviendas, pero también hospitales, oficinas, iglesias, escuelas… Esta reflexión nos puede llevar a pensar que en realidad la acción, la actividad, está por encima del espacio, dividiéndolo a su antojo, y haciendo, por tanto, que las acciones pasen a ser las protagonistas, dejando al espacio como un mero observador de lo que ocurre. Sin embargo, ¿podrían realizarse estas acciones si el espacio no existiera? A mi parecer, no.