La materia que compone los espacios, se encuentra ordenada así como el tiempo sirve para ordenar de una forma abstracta la duración de las que cosas que nos acontecen, su principio y su fin. El tiempo, al contrario que la materia, es muy relativo. La materia es tangible mientras que el tiempo no es más que una percepción mentalmente inexacta.
El autor habla de la materia que compone el vacío pero la característica del vacío es precisamente la ausencia de materia, y por lo tanto, el vacío no es más que eso. “No se puede concebir el espacio como totalidad sino como fragmento”. Creo que lo que no puede concebirse por la mente humana es “una totalidad” pero eso no implica que los espacios estén fragmentados, yo creo que están más bien relacionados entre sí. Es nuestra necesidad de ordenarlo todo, lo que nos hace pensar que los límites existen. Un ejemplo son las ideas, los pensamientos o los recuerdos. Algún tipo de espacio tienen que ocupar en nuestro cerebro, seguro, pero se trata de un disco de almacenaje muy amplio y sin embargo, sentimos la necesidad muchas veces de sacar nuestras ideas del cerebro y plasmarlas en un soporte físico, como cambiándolas de sitio porque no conocemos los límites de nuestra memoria.
Existe una relación de espacios en el que espacios de poco tamaño van conformando otros de mayor tamaño pero a su vez, los espacios amplios están compuestos por otros espacios más reducidos. Estos espacios y los elementos que los componen están desarrollados según las necesidades (vivienda, trabajo, ocio, …) y a su vez, según las culturas y costumbres.
No creo que la cama sea un espacio individual o de pareja, creo que es un elemento para definir el espacio en el que se encuentra; un dormitorio, el cual puede ser individual o compartido y no sólo por individuos sino por el resto de actividades que se pueden realizar en este espacio, como por ejemplo estudiar. Mesa y silla no son espacios, son elementos que nos indican que dentro del espacio “dormitorio” se encuentra un espacio de “estudio”, pero aún así, continúa siendo un dormitorio. Evidentemente, descansamos mejor o peor en función del soporte sobre el que lo hagamos, pero hay muchísimos otros factores ajenos a la cama que pueden trastornar nuestras horas de sueño.
Me parece que los capítulos Apartamento, Puertas y Paredes tienen mucho que ver entre sí, creo que no son más que elementos para hacernos sentir que un espacio es propio (típica necesidad humana). No creo que las puertas rompan los espacios sino que más bien, los dotan de privacidad. También opino que sólo las paredes que nos separan del exterior son las que sirven para delimitar los espacios, las paredes interiores sólo los distribuye pero se comunican entre ellos a través de las puertas y por eso las puertas interiores de una casa (por ejemplo) no tienen nada que ver con las que dan a la calle.
La calle es un espacio porque está conformado por numerosos elementos de carácter público y porque es un “algo” en el que podemos estar. Es un buen ejemplo para rebatir la opinión de Perec de que todos los espacios tienen sus límites. Los barrios no son más que (nuevamente) una forma organizada de distribuir las ciudades (con sus zonas comerciales y rurales) estas a su vez lo países, a su vez los continentes y a su vez el mundo, con la historia y costumbres de cada continente, país, ciudad, barrio, bloque, casa. Aquí acaban los espacios habitables para los seres humanos hasta nuestros días, a partir de esto se desconocen los límites “contenedores” (si los hay) de lo que conforma lo exterior al mundo y otros elementos, el universo.