Las
personas buscamos darle una explicación coherente a todo lo que percibimos, de
ahí nace la relación espacio-tiempo, de la que podríamos dilucidar como las
partes de un todo. El tiempo fluye, corre y siempre lo encontramos definido por
unas unidades de medida generadas por el hombre; si pudiéramos no
materializarlo como distintas posiciones de una manecilla de reloj sino como
una parte en el contexto del todo, veríamos que es la manera de saber donde
estamos, a donde vamos y lo que hacemos.
Sujeto
a nuestro campo de estudio podemos ver que en una obra delimitamos un plazo de
ejecución ¿por qué? De esta manera sabemos que nuestra creación será usada,
visitada y disfrutada en un periodo de tiempo
real, necesitamos tener la sensación de que podemos controlarlo todo dentro
de un tiempo. El espacio surge así como la ayuda a ese término tiempo, podemos
afirmar que el espacio es una parte del todo, una parte que elimina el vacío,
que necesita de su carácter para delimitar la creación: un edificio ocupa un
espacio, un árbol ocupa espacio, el vacío ocupa espacio.
¿Pero
el todo esta sólo ocupado por espacio y tiempo?
Todo
lo que nos rodea es materia, materia con características únicas, propias, así
diferenciamos cada compuesto, cada objeto, cada situación. ¿Pero lo intangible
también ocupa espacio y tiempo? ¿O solo una de ambas? ¿Que pasa con los sueños,
las ideas, los recuerdos? Estos también ocupan un tiempo, tiempo en el que se
realizan, se piensan o se intuyen, podrían también ocupar un espacio, en
nuestra cabeza, en nuestra memoria, en nuestro cuerpo, pero aquí tenemos la
contrariedad ¿una idea se puede comparar con un objeto real? Un objeto,
pongamos por ejemplo una silla, tiene unas medidas concretas, 45x45 (medida
estándar) ¿ese es el espacio que ocupa? ¿Y el que necesitamos para darla
uso?¿el momento antes de sentarte en ella, en el que pensamos la funcionalidad
que nos proporciona, eso también tiene su espacio? ¿Y la idea? ¿Esta ocupa 2x2
ó 3x7?, las ideas tienen medidas intangibles, pero para cada uno, de manera
personal, ocupan un espacio inexplicable, no palpable. Esta claro que esta
relación nos lleva a conceptos ilusorios, al igual que las percepciones varían
según el ente que las reciba, un espacio y un tiempo varían según quien los
conciba. Los seres humanos somos racionales, citando lo anteriormente expuesto
“buscamos darle una explicación coherente a todo lo que percibimos”, por lo
tanto buscamos esa racionalidad en todo lo que nos rodea, inevitablemente
medimos el espacio, en metros, hectáreas, nanómetros, millas, etc., al igual
que medimos el tiempo, en segundos, horas, días, verano, otoño, lunes, jueves,
década, siglo. Esa serie de capítulos que nosotros llamamos unidad de medida es
lo que nos hace centrar la concepción de la relación espacio-tiempo de una
manera que nuestro raciocinio se sienta completo. De lo general a lo particular
y viceversa, una cama, una habitación, un apartamento, una calle, el país, el
mundo, el espacio… Nosotros somos los que definimos todo lo que nos rodea.
Termino
citando unas últimas frases de este libro como reflexión final “El espacio se
deshace como la arena que se desliza entre los dedos. El tiempo se lo lleva y
solo me deja unos cuantos pedazos informes”
(George Perec. Especies de Espacios, Pág. 140).