Espacio Contado. Tokio
Espacio. Espacio grande. Espacio pequeño. Espacio
delimitado. Espacio abierto. Espacio vacío. Espacio lleno… Realmente, ¿cómo es
el espacio?.
“Por otro
lado, el espacio es una dimensión, una extensión, una materialidad, una
realidad, una configuración, una estructura, la inducción, la diseminación, la
fragmentación…”[i]
Todo es espacio, y todo espacio tiene una
denominación. El hombre tiene la necesidad de controlar todo espacio y todo
momento de ahí que todo esté marcado por un tiempo y por una cantidad. Un
minuto está formado por sesenta segundos, una semana está formada por siete
días, doce meses son 365-366 días dependiendo de si es bisiesto o no; un
dormitorio mide 15m2 un mensaje de texto te permite escribir 160
caracteres, un tweet 140 etc. Todo
espacio-tiempo está contado, fraccionado. El hombre cada día descubre nuevas micropartículas
que antes no se conocían pero que ahí estaban existían, entonces ¿todo espacio
lo tenemos controlado?
Los ojos. Los ojos son los primeros con los que
percibimos un espacio, un todo o un nada; e incluso ellos nos delimitan el
espacio. No somos capaces de poder captar una imagen de todo un espacio sin
tener que mover los ojos y estos mismos no son capaces de ver el infinito;
necesitan algo, un obstáculo en medio del espacio que les marque unos ejes,
unas limitaciones.
¿Es cierto que no vemos cuando no hay nada? Y
exactamente, ¿cómo percibimos esa nada? Porque al igual que el tiempo cada uno
lo percibimos de una manera distinta, ¿es posible que tu veas esa nada que otro
no ve?
Este libro me ha hecho darme cuenta de la cantidad
de cosas que tenemos a nuestro alrededor que antes no percibía; las calles, el
espacio que hay entre una y otra; como la gente pasa por un lugar sin siquiera
fijarse que probablemente el edificio de su derecha lleva construido ochenta
años, ocupando un espacio, un lugar y cuyo espacio interior se ha ido
modificando adaptando a los tiempos que pasaba. Pasamos por la vida como si
fuéramos una pluma que roza un papel.