ESPECIES de ESPACIOS de Aurélie Chretien


”Mis espacios son frágiles: el tiempo va a gastarlos, va a destruirlos. […] El espacio se deshace como la arena que se desliza entre los dedos. El tiempo se lo lleva y solo me deja unos cuantos pedazos informes.” 

¿EL tiempo mataría al espacio? ¿EL tiempo, materia del espacio? ¿El espacio seria creado por una eterna huida del tiempo? Lo que es cierto es que el espacio parece ser, o mas domesticado,  o mas inofensivo que el tiempo. Porque, como el autor lo destaca, encontramos por todas partes a gente que tiene relojes, y muy raramente gente que tiene brújulas. Corremos, huimos detrás del tiempo sin saber donde estamos ni donde vamos. El hombre de nuestra sociedad moderna esta perdido, suspendido entre las dos dimensiones gemelas a la creación e incondicionalmente rivales. Si la propia realidad es un elemento atemporal ¿Cómo podemos afirmar que no se conciben realidades sin el dúo espacio-tiempo? No podemos.

El ser humano se ha acostumbrado a controlar todo creando un espacio artificial. Pero, frente a este, están dos cosas que le siguen resistiendo, dos seres salvajes indomables, intocables, que son el tiempo y el espacio. Ambos hacen parte del otro espacio, el espacio natural, creado por la evolución de la Tierra, del Espacio, del Universo; es el espacio más perfecto, donde todas las funciones crean vida.

El Espacio, infinitud de espacios, cuyos espacios están subdivido entre otra multitud de espacios mas pequeños hasta escalas que no podemos adivinar, puede ser perceptible, invisible, insensible, tocable, inalcanzable, útil, inapreciable, apropiable… para el ser humano. Cuanto más se reduce un espacio más nos pertenece. A lo largo de la lectura, Georges Perec nos propone fijarnos, catalogando los espacios mediante subdivisiones, pausas visuales en el propio espacio papel, haciendo un recorrido desde lo mas alcanzable, la cama, un lugar intimo supuestamente el mas familiar y conocido por cada individuo siendo nominativo y propiedad privada, el apartamento, el inmueble, la calle, el barrio, la ciudad, el campo, el país, el mundo, el universo… Con esta distribución de los capítulos, nos damos cuenta que vivimos en inmersos en nuestra rutina, aseptizados por lo que queremos ver, sin prestar atención a lo que realmente nos rodea.

A cada espacio, para hacerlo físico, se le otorga una función. ¿“Cuando hacemos nuestra una habitación?” ¿Por qué para que exista un espacio tenemos que darle función? ¿Existe un espacio sin función? ¿Es posible? La funcionalidad es subjetiva y compruebe mucha ambigüedad. En realidad, es un parasito, efecto de la sociedad, del desarrollo… Dar función es ir a contra pie de la propia vida, símbolo de movimiento, cambio, renovación, es impedir el desarrollo y la creación, la autonomía, es encerrarse dentro de lo “conocido”. Por definición un vestido es un trozo de materia y su función es de cubrir el cuerpo humano; pero también, si se lo ata a un palo de madera, se vuelve en una bandera y su función cambia; o si se lo junta a otros vestidos, puede tener la función de un revestimiento para un refugio improvisado… El Espacio no tiene función, el mundo tampoco, y por lo tanto no paran de girar…. El hombre busca límites. Desde siempre delimita su territorio, su espacio de caza, su campamiento, su ciudad, país…  para entenderlo. Si no lo confine, se pierda, se inquieta, se siente en inseguridad.  El hombre no es capaz de entender un espacio sin espacio. Pero si hasta el vacío es espacio. ¿Cómo valorar el espacio que no vemos? “La dinámica del vacío es un horror que supone la presencia de algo.”

Todos los elementos tienen su espacio temporal. Para entender el mundo hay que quitar los límites. Llamémosle psicología, llamémosle construcción. Al final, por mucho que desaparezcan los elementos, el espacio sigue siendo, al igual que el subconsciente humano, aunque la memoria activa no guarda todos los recuerdos, graba y deja enclavado cada uno de los momentos vividos y les suelta en el espacio del sueño de vez en cuando; como la madera, al clavar un clavo y luego quitárselo, se quedara el agujero y se transformara el espacio entorno a este nuevo elemento, que seguramente será ocupado por la vegetación que vendrá habitarlo; como un rastro del paso del tiempo en el espacio.

“Rien ne se perd, rien ne se crée, tout se transforme” A. Lavoisier